jueves, 6 de agosto de 2015

Vacio


No tengo veros hoy,
ni gritos silenciosos,
ni estallidos internos
para aplacar
tanta angustia...


Ni colores 
en bolsas de plastico
para estrellarlas
contra ningun lienzo,


Ni ramas de arbool
para empaparlas
de arcoiris
para pegar
con sus brazos
sobre el canvas
gris de mi angustia...


Me tiemblan las manos,
como palomas muoribundas
sobre el asfalto del miedo,
me crepita la sangre
como animal salvaje
asechado por los fusiles,



miércoles, 5 de agosto de 2015

Caminar...



No tengo sueno hoy,
ni quiero,
no tenga ganas
de levantar
del suelo del hastío
los pedazos 
de la madrugada
que se me vino encima,


No tengo ganas
de ensayar la muerte,
cerrándole los ojos
al cielo falso
del goteó
que me he construido
a pulso,


No tengo
silabas tiernas,
ni oraciones
que traspasen
el concreto
que me divide
del cielo,


Mis palabras
son pedazos
de muro derrumbadas,
alfombra
de escombros
sobre los que camino,


No tengo sueno hoy
ni sueños,
el día esta nuevo,
el cielo oscuro,
los cigarrillos
como balas
apuntalando mi angustia,


No tengo nada,
ni tiket de autobús
para escribir 
un hi ku,
ni servilletas
de comedor
para derramar
elegías,


Solo tengo
unas ganas horrendas
de no estar
ni aquí ni allá,


Deseos de marcharme
hacia ningún lugar,


Terribles ganas
de entregarle
mano a mano
mis zapatos
a la nada,


Colgar mis miedos
de la lampara
con la soga
de mis corbatas,


Descolgar del muro
mi ropa mas crápula
y largarme
sin final,


caminar,
caminar,
caminar,
caminar 
y por ultimo
caminar.....



viernes, 28 de febrero de 2014

ADIOS....

  

NO VOLVEREMOS
AL CAFÉ,
A VERNOS
A LOS OJOS
CON EL UNIVERSO
ENTERO EN LAS PUPILAS,


NO POSPONDREMOS
LA HORA NI EL DÍA,
DE LA CITA EXACTA
A LA QUE NUNCA LLEGUE,


TU
TE HAS MARCHADO,
YO
NUNCA ESTUVE,
LA VIDA
SIGUE SU PASO
IMPLACABLE
HACIA LA NADA,


TU
CERRASTE TUS OJOS ,
Y ABRISTE
LOS OJOS DEL ALMA,
PARA RECIBIR
EL ABRAZO INTACTO
DE TU DIOS
QUE SIEMPRE
TE ESPERO,


NO VOLVEREMOS 
A LA MESA,
A MERENDAR
LA ESPERANZA
QUE SIEMPRE
NOS UNIÓ,


NI HOJEAREMOS
LA BIBLIA,
NI LAS CARTAS
ENVEJECIDAS
EN EL ARCHIVO
DEL RECUERDO,


TU 
TE HAS MARCHADO,
YO
ESTOY CORTO Y SUSPENSO
A  LA ORILLA
DEL ABISMO
DE TU AUSENCIA
SIN FONDO,


NO HABRÁN
MAS PALABRAS,
NI BESOS EN LA FRENTE,
NI TORTILLAS
HECHAS  A MANO,
NI LLAMADAS
A DISTIEMPO
PARA DECIRNOS
TE QUIERO,

lunes, 24 de febrero de 2014

Oda a la crítica


Pablo Neruda


Yo escribí cinco versos:
uno verde,
otro era un pan redondo,
el tercero una casa levantándose,
el cuarto era un anillo,
el quinto verso era
corto como un relámpago
y al escribirlo
me dejó en la razón su quemadura.

Y bien, los hombres,
las mujeres,
vinieron y tomaron
la sencilla materia,
brizna, viento, fulgor, barro, madera
y con tan poca cosa
construyeron paredes, pisos, sueños.
En una línea de mi poesía
secaron ropa al viento.
Comieron
mis palabras,
las guardaron
junto a la cabecera,
vivieron con un verso,
con la luz que salió de mi costado.
Entonces
llegó un crítico mudo
y otro lleno de lenguas,
y otros, otros llegaron
ciegos o llenos de ojos,
elegantes algunos
como claveles con zapatos rojos,
otros estrictamente
vestidos de cadáveres,
algunos partidarios
del rey y su elevada monarquía,
otros se habían
enredado en la frente
de Marx y pataleaban en su barba,
otros eran ingleses,
y entre todos
se lanzaron
con dientes y cuchillos,
con diccionarios y otras armas negras,
con citas respetables,
se lanzaron
a disputar mi pobre poesía
a las sencillas gentes
que la amaban:
y la hicieron embudos,
la enrollaron,
la sujetaron con cien alfileres,
la cubrieron con polvo de esqueleto,
la llenaron de tinta,
la escupieron con suave
benignidad de gatos,
la destinaron a envolver relojes,
la protegieron y la condenaron,
le arrimaron petróleo,
le dedicaron húmedos tratados,
la cocieron con leche,
le agregaron pequeñas piedrecitas,
fueron borrándole vocales,
fueron matándole
sílabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron
un pequeño paquete
que destinaron cuidadosamente
a sus desvanes, a sus cementerios,
luego
se retiraron uno a uno
enfurecidos hasta la locura
porque no fue bastante
popular para ellos
o impregnados de dulce menosprecio
por mi ordinaria falta de tinieblas
se retiraron
todos
y entonces,
otra vez,
junto a mi poesía
volvieron a vivir
mujeres y hombres,
de nuevo hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz
y en el amor unieron
relámpago y anillo.
Y ahora,
perdonadme, señores,
que interrumpa este cuento
que les estoy contando
y me vaya a vivir
para siempre
con la gente sencilla.